El cielo y la tierra no tienen benevolencia alguna.
Para ellos todos los seres son como peleles.
El sabio tampoco es benevolente.
Para él todos los seres son como peleles.
El espacio entre cielo y tierra
es semejante a un fuelle,
está vacío, pero no se hunde;
cuanto más se mueve, más sale de él.
Hablar nos deja vacíos.
Más vale conservar lo esencial.
Lao Tse, Tao Te Ching
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